Debe haber sido más o menos a mediados del año 84, en el local de Dos de Mayo de la Universidad Ricardo Palma, apareció un periódico mural hecho por Alfredo Márquez, Quique Wong y Max Ruiz Conejo, con unas medias de nylon, y se podía leer todo lo que habían encontrado en el baño de mujeres. Habían frases como “a los hombres ámalos y déjalos”, o, “Yo fumo marihuana, yo también, yo también, yo también”, duró una tarde, el centro de estudiantes lo quemó, pero quedó la anécdota.
Paralelamente y como sabíamos que íbamos a mudarnos al local de Surco, propusimos pintar el local de Independencia, que parecía un callejón, nos dieron el permiso para pintar los domingos, e íbamos a pintar murales y poníamos música a todo volumen. Uno de esos domingos se aparecieron, Max, Quique y Alfredo a proponernos hacer una actividad común, así que decidimos unirnos y organizar una actividad de un solo día, la denominamos Esquisse del bestiario.
Éramos Carlos Gervasi, Roberto Rubini, Gino Falcone, Pilar León, Claudia Fernández, Javier Bonifaz, Johnny Marina, Pedro Chávez, Carlos Inchaústegui , el portugués, Virginia Velazco, Roxana Esparza, etc. Esquisse era un trabajo que nos mandaban a desarrollar en la misma clase, no era una tarea, era un reto, para resolverlo el mismo día, nos propusimos hacerlo, y llevar a cabo ese evento, jamás hecho en esa universidad, era algo casi imposible, pero había recursos.
Se contactó con el grupo de teatro El Sol, para que presenten su obra Los Cachorros de Mario Vargas Llosa, también el Arquitecto Juan Carlos Ortecho nos apoyó con una exposición de Arquitectura en Tierra, los equipos se consiguieron en base a donaciones, el estrado se armó con carpetas, las luces se pusieron con lámparas prestadas por los alumnos, Herbert Rodríguez apareció para darle la connotación adecuada, y antes de entrar al recinto se colocó un pasaje de libre expresión, se había forrado todo el pasaje con papel periódico y había pintura y pinceles para poner lo que quisieras, no sé si Alfredo Márquez tenga fotos de esos murales.
Antes de entrar, coloqué un cartel que decía “convierte la bestia que tienes adentro en un artista”, todo comenzó con la exposición, luego vino el teatro, muchos alumnos veían por primera vez teatro, la obra fue genial desde todo punto de vista, sobre todo teniendo en cuenta las limitaciones, recuerdo haberla visto subido en una chimenea.
Finalmente comenzó el concierto, tocó Raúl Pereira de El Polen con una chica que cantó una canción sobre unas amazonas, la comadre se alucinaba en Woodstock, y no era para menos, el ambiente era propicio. Después salieron unos chicos a cantar canciones de Sui Generis, fueron bien recibidos, luego le tocaba el turno al grupo Trance, parece que habían tenido algún problema anterior con Pico Ego Aguirre que manejaba el sonido, finalmente el cantante se enervó, y no pudieron tocar. Le tocó el turno luego a un trío con Stuart Rochabrunt, Carlos Ochoa y un tecladista, que pedía que le presten un pañuelo para secar el teclado, que se mojaba con la lluvia; después entró Post Nubila con Mick en las vocales, regular nomas con el cantante pero cumplieron como grupo, y de ahí Leuzemia.
Era la primera vez que los veía y escuchaba, me rompieron el cerebro, quizá lo que más me gustó fue su actitud y esa disonancia tan bacán que la fueron perdiendo el tiempo, Leo tenía una correa de perro en el cuello con un candado, y Gino Falcone le decía perro maldito, la guitarra de Daniel tenia cables por encima de la pastilla, pero la música fue brutal en todo el sentido de la palabra, creo que fue la primera vez que tocaban en una universidad y la reacción fue excelente, al día siguiente todos hablaban de Leuzemia.
Terminó el concierto con La banda del lobito, ahí tocaba Héctor Llosa, después en Anexo 3 y otros grupos, su cantante, Paco, era muy bueno, pero le entro pánico escénico y no dejo bien a la banda. Yo por primera vez me sentí parte de un grupo, porque siempre me había sentido una persona solitaria dentro de esa “universidad”. Al día siguiente vino el presidente del centro de estudiantes a decirnos que “hasta ese momento la universidad seguía oliendo a marihuana”, Max le respondió, “no destruyas lo que estamos construyendo”, se quedó callado.
Una vez instalados en Surco, nuestras inquietudes estaban intactas, odiábamos la teoría y clamábamos por la práctica, entonces se hizo un evento muy poco valorado, pero que fue un punto de quiebre total, hicimos instalaciones con los desechos de construcción, llamado Esquisse del bestiario, decorado por Herbert Rodríguez; el arquitecto Willey Ludeña fue el único que entendió el mensaje.
Hay que anotar que la universidad estaba en construcción, y se hicieron unas 20 instalaciones, entonces surgió la idea de hacer un concierto, ya para esa época ya nos llamaban los bestias, material para el escenario sobraba, pero quienes más nos ayudaron fueron los empleados de la universidad, y sobre todo la secretaria Susan que se encargaba de conseguir todos los permisos, no se quién se encargó de los equipos y el sonido, yo me encargue de las luces, el escenario fue un homenaje a Martin Adán.
Poco antes de comenzar, Gino Falcone colocó una máscara del Papa en un muñeco que se había puesto como escenografía, el concierto comenzó con un grupo de mimo, Transeúntes de Jordy Valderrama, luego subiría Narcosis, Wicho, Cachorro y Pelo, ahí vino el tema del muñeco del papa, era un muñeco de esos que se queman en año nuevo, con la particularidad que su cara era una máscara del papa, la trajo Gino Falcone, porque su mama las había hecho para la llegada del papa, y ahí se creó una cierta tensión entre Wicho y el público, pero la presentación fue excelente, un trio, guitarra, batería y voz, muy contundente, habían muchos cristianos.
Después subió Arion, power metal, Mario Gómez en el bajo y el cantante que no recuerdo su nombre, excelente, me lo encontré en Arequipa en un encuentro de estudiantes y se acordaba de ese día, aunque parece se equivocaron en algún tema por ahí, cumplieron.
De ahí Triax, también metal, Fuga, luego Temporal, con un guitarrista, Toño Infantes, que la rompió, fue el mejor de esa noche, completaban la banda Tomatito, Arturo Muente en la voz y Antonio Cisneros en el bajo; después tocó Tripalium con Johnny Chiape en teclados, Alfredo Berríos de la Richi en el bajo, y Roberto Gálvez en batería, fueron algo inusual, una muy buena banda progresiva, no había guitarra, solo bajo, teclado y batería, quienes luego con la adición de una excelente guitarra y un cantante muy bueno se convertirían en Argot, en otra línea completamente diferente, algo poco usual en el rock peruano.
Finalmente toco Leuzemia, la banda esperada, pero con muchos problemas, tocaron con solo tres integrantes, porque no había otra guitarra, Montaña se quedó sin tocar. Alfredo Berríos le prestó el bajo a Leo, se defendieron, hubo aplausos y rechiflas, pero por primera vez Leucemia accedía a un público diferente, sonaron de la puta madre.
Al salir del concierto fuimos atacados por unos cristianos, pero fueron repelidos inmediatamente; ese concierto finalmente fue denominado Segundo Bestiario, luego vendrían un tercero y muchos más como Magia, la Carpa Teatro, pero esa es otra historia.
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— Subte Rock (@subterock) March 29, 2021
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