En el año 1984, cuando emerge visiblemente la primera ola subte, la escena barranquina en la que fue protagonista EPS Huayco (1979-1982), ya estaba de salida. El breve momento de fines de la décadas del 70 y primeros años de los 80 fue uno de intensa efervescencia política.
Manya, firmemente se creía que la revolución estaba “a la vuelta de la esquina”, y asumo que es historia conocida: el sueño se transforma en pesadilla cuando un grupúsculo totalitario inicia su baño de sangre (Sendero pues).
Vale la pena resaltar que en la izquierda habían muchas voces y tendencias, estaba la versión dogmática que el arte tenía como estilo emblemático al realismo social (un cuadro como ilustración fácil de entender repitiendo estereotipos trillados), y, también tendencias que hablaban de la “revolución de la percepción”, que contaba con uno de su ejes con el experimentalismo artístico con libertad, subvertir no solo el “contenido” (qué dice la obra) sino al propio modo de comunicación (cómo se dice algo), ese fue mi “nicho”!
Entonces estaba de salida la generación cuyo referente era el Mayo del 68 (en buena vibra, los que no saben que es el Mayo… vayan a Wikipedia a mirar datos), y, te lo digo bien clarito: también viví sus ilusiones (soy del 59).
Pero, en breve: lo subte que conozco entre el 1984 y 1986 fue una autopsia descarnada del país, con una nueva propuesta ética y estética. Con el bagaje de la experiencia Huayco me sumó a la nueva ola y produzco collages, carteles, ensamblajes, etc. Despliego mi propuesta de arte como chacota, critica o joda visual. Y jugué con textos más imágenes.
Ejemplos (mira la foto del collage): publicidad para “adelgazar” mientras niños mueren de hambre (¡OFERTAS, niños desnutridos!). O Arguedas disparándose a la sien, porque mientras jóvenes despliegan su innovación cultural son atacados por la rígida izquierda “nacionalista” que, sin haberlos escuchado, etiqueta al rock de “imperialista”.
También: “desenfrenos carnales” mientras Rambo asesina a diestra y siniestra (guerra sucia mas sexo, no va ser) o Juan Pablo II promociona botella para vino (iglesia y negocio, siempre!)… escoge tu imagen e interprétala (si es que quieres, me da lo mismo). Con los collages (para escenografías subtes o para la simple agitación visual) generé imágenes a partir de nuestras enfermedades sociales.
Ahora collage con pretensiones revulsivas está en un museo de la burguesía limeña, en la exposición “Desborde Subterráneo: Una contracultura juvenil en tiempos violentos (1983-1992)”, como trofeo para tus ojos.
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— Subte Rock (@subterock) March 24, 2017
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