La Primera Dosis de Narcosis. Por Kerry Alberto Tamanaja

Formada en el turbulento año de 1984, Narcosis fue una de las primeras bandas pertenecientes a la movida denominada rock subterráneo, corriente ligada a la escena punk rock underground de Lima en esa década.

Conformada por Luis García, “Wicho”, en la voz, Jorge Madueño, “Pelo Parado”, en la batería y el desaparecido Fernando Vial, “Cachorro”, en la guitarra y segunda voz, no necesitaron de un bajista para crear su sonido característico, crudo y visceral.

Primera Dosis. Narcosis Cara A — Lado A del cassette de Narcosis, “Primera Dosis”, con el arte de Jaine Higa, Una producción hecha con recursos propios bajo el concepto punk del “hazlo por ti mismo”. Imagen tomada del blog Antena Horrisona (2018).

La banda duró un poco más de un año de vida, tiempo en el cual editaron dos trabajos discográficos, financiados completamente por ellos mismos. A pesar de su corta existencia, Narcosis es considerado como uno de los grupos más influyentes del rock peruano de todos los tiempos.

Eso se debe mucho a su álbum debut, una cinta de casete de producción propia, titulado Primera Dosis, editado en 1985, siendo considerado como el álbum más pirateado de la historia del rock peruano. Cabe destacar que el arte de su portada fue realizada por el artista Jaime Higa.

A través del tiempo se han ido editando diversas versiones de este álbum, donde se han ido incluyendo canciones. Pero las que formaron parte de la primera edición fueron: “Intro”, “La peste”, “Represión”, “Destruir”, “Triste final”, “Excusas”, “Quiero ser tu perro”, “Sucio policía”, “Vida actual”, “Yo no quiero”, “Hemicirco”, “Danza de los cristales”, “Destino”, “Dextroza intro” y “Dextroza”; a las que se sumaron “El microbús”, “Slacks asesina” y “Asfixia”.

Esta “maqueta”, como se le decía en los ochentas, marcó a una generación… y a las que vinieron después, no solo de nuestro país; y Kerry Alberto Tamanaja nos cuenta cómo influyó en su vida el Primera Dosis.

Recuerdo que era el año 88, tenía 14 años y vi que un amigo tenía un cassette que en la portada (fotocopia) mostraba a un tipo tirado con una inyectable gigante, lo cual me llamo mucho la atención porque pensé que su contenido era algo de prohibido o tabú (drogas).

Al toque se lo pedí prestado y mientras lo empecé a regrabar en mi doble cassetera de frente me sonó como un disparo “La peste”, del saque me captó y me escuché todo el tape sin pausas y lo repetí una y otra vez ese día.

Cada canción del Primera Dosis contaba la realidad del país de ese momento, pero desde una perspectiva cruda y honesta, era lo que en mi adolescencia sentía y veía pero no sabía cómo decirlo o expresarlo, puedo decir que este álbum marcó mi sentido crítico de la sociedad y si se puede decir me hizo “madurar” un poco.

Y miren todo sigue tan vigente en el país pasados más de 30 años: “Represión”, “Triste final”, “Vida actual”, “Sucio policía”, “Hemicirco”, “El microbús”, etc., me las sé todas de memoria, y a pesar del tiempo sigo pensando lo mismo que aquel día de 1988 que “…hay que destruir para volver a construir….”