Comentarios al libro Desborde Subterráneo de Fabiola Bazo

Comentarios al libro Desborde Subterráneo de Fabiola Bazo

Del libro Desborde Subterráneo

Se han escrito varias publicaciones relativas al rock subterráneo, las hay tipo novela literaria, y también están las que entran en el dominio de las ciencias sociales, como el recientemente publicado libro Desborde Subterráneo de Fabiola Bazo. Y es que el rock no es un campo idílico y totalmente subjetivo. El rock entra a tallar en lo fáctico, y ya es hora de tratarlo como tal. Diré antes de referirme a los comentarios sobre esta publicación que es necesario decir que hay otras que tocaron este tema, pero la obra de Fabiola Bazo es la que abarca casi toda la época del rock subte y de manera profunda. Es necesario mencionar que también, que hay una publicación de Shane Greene, que saldrá en Lima en abril, y que también tiene un carácter serio y académico.

Comentarios

Empezaré contándoles pues -lo considero relevante- que yo viví aquellos años dentro de los cuales se desarrolla esta historia. Y conocí de cerca esta escena. Así que tengo en la memoria muchos hechos y anécdotas, en este sentido daré un esbozo general solo de la publicación, sin observar los detalles, pues me extendería demasiado.

Primero les manifiesto que en términos generales el trabajo ha sido exhaustivo. Aunque esto pueda sonar subjetivo, he podido leer muchas fuentes, tanto de archivo como orales. Y se ha manejado procedimientos académicos para realizar la investigación. De hecho la autora es profesora en una universidad en Canadá, pero también tiene sus emociones y un corazón, como todos.

Aunque el libro debería tener dos aristas: el de las ideas y el de la música. El punto fuerte en este caso es la parte ideológica, tal vez como lo manifiesta su autora en las Conclusiones: “El propósito de Desborde Subterráneo fue el de delinear el contexto sociopolítico en el cual emergió la escena del rock subterráneo” (pág. 186). Esa fue la intención primaria, además que escribe desde una perspectiva de la ciencia política.

En este sentido se interna muy bien en el mundo de los personajes, para dar un aproximado de su cosmovisión y nos da también buenas luces de los lugares y los episodios políticos. Por otro lado, la narrativa adquiere por momentos una suerte de novela; eso es positivo pues te engancha con el libro, quitándole el tinte duro, y más bien volviéndolo más coloquial. Es así que me di con muchas pequeñas historias que no conocía, y las encontré interesantes. También descubrí fotos inéditas y también extrañé las que nunca se tomaron, pues se hubiera retratado mejor ese contexto. Pero en todo caso la fotografía es un punto a favor del libro, al igual que la diagramación.

Aunque el libro marca el estudio de una fracción de tiempo: 1983 a 1992, como los años en los cuales se desarrolla este “Desborde”, la publicación no desarrolla los dos últimos años y tampoco se refrendan.

Y es que las pruebas no ameritaban tocar esos dos últimos años, pues en realidad este desborde solo duró hasta al año 90, tal como de manera empírica lo concluí hace un tiempo. De hecho nunca habrá una línea clara, lo cual es imposible, pero sí se puede inducir el declive a través de los sucesos más importantes, que según veo en la publicación son del año 1985 a 1990. El inicio estaría por discutirse, pero de hecho no es 1983 (esta aclaración no la hago por el libro, pues ahí no se determina un inicio), ya que una manifestación es un hecho histórico que involucra muchas variables y no la determina una persona o el nacimiento de un grupo. El libro Desborde Subterráneo nos cuenta cómo a finales del año 90 muchos grupos se disuelven (hasta en el Metal como M.A.S.A.C.R.E., este sí es mi dato) y los lugares de encuentro también (la Jato Hardcore y El Hueco), incluido la discoteca No Helden, las producciones cesan, y los eventos (como el último mencionado en el libro) ya no funcionan. De hecho la discoteca No Helden trata de abrir el 91, pero no da para más (se menciona en la publicación), vuelvo a repetir que nunca será una fecha categórica, pues nadie dicta que “la función acabó”, aunque esta manifestación siga su curso “como el halo de una nave antes de caer”.

En el primer capítulo el orden cronológico sufre algunos saltos, y hay un ausente: los años setenta y comienzos de los ochenta, de los cuales solo se menciona “que los grupos del 71 cantaban en ingles” (pág. 20). En este sentido, los años sesenta ya han sido abordados por otra publicación, y los años setenta aunque no fueron prolijos son los que antecedieron a este “Desborde”. Pero hablando de aciertos, hay uno que me gustó mucho, fue el capítulo dedicado a Cachorro: Fernando Vial, guitarrista de la banda Narcosis, aunque es el único capítulo que tiene este perfil intimista y bastante afectivo, diría hasta algo maternal. Tal vez muchos se pregunten ¿Por qué él? y ¿porque no sé hizo lo mismo con otros músicos?, pero lo positivo es que está bien escrito, lo que hace que la historia sea una especie de homenaje a este músico tan recordado y querido. Y es que Cachorro fue un activo Kamikaze del rock subte y un actor importante de este “Desborde”, así que me pareció merecido el capítulo, sobre todo porque hay muchas referencias de sus familiares y amigos.

En el caso de Patricia Roncal, más conocida como María T-ta, aunque en este caso cambia el manejo sutil de la narrativa, me parecieron excesivas las hojas dedicadas a ella, pues al tratarse de un libro académico, la cantidad de hojas puede manifestar la importancia de un tema. Lo cierto es que su presencia tan contundente debió ser refrendada con su música y su trascendencia en este “Desborde”, pero no se lee tal hecho. Y se presenta a María como una mártir de los derechos de la mujer. Es mi apreciación personal, sin que ello desvirtué su papel y a su grupo; esto se resalta, a mi parecer, a nivel subliminal.

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Maria T-ta e Ivan Zurriburi [Foto del archivo de Iván Zurriburi]
Igual sucede al escribir sobre Sociedad de Mierda, aunque no es muy extensa. Pero para los que vivieron esos primeros años, sobre todo a finales del 85 y comienzos del año 86, sabrán que S de M no marcó un referente, ni musical ni ideológico. Considerados como los más empíricos en términos musicales de la “segunda hornada” de grupos, lo ofrecido por la banda era más que todo un performance, una rabia, valida, pero que no podía ser repetida eternamente. Su puesta en escena y el nombre fue lo que en un comienzo atrajo la atención, además de la labor que hacia el vocalista Omiso, reclutando gente hacia la movida en forma amigable y personal. Pero el entusiasmo de S de M duró muy poco; pronto Eutanasia ocuparía ese lugar a través de su música y su postura.

Omiso falleció, ya hace muchos años, lamentablemente en condiciones muy precarias. Esto me hizo pensar que hay una visión romántica de él, dada su condición económica y su muerte. Fue amigo de varios de nosotros, de quienes se terminó alejando sin razón alguna. El motivo no fue en este caso el de clase social o étnico, pues él tenía más acercamiento con la clase media, intelectual y acomodada.

El dimensionamiento de los sucesos, en este sentido, es de suma importancia para el lector, ya que al ir a las fuentes primarias, puede darse con otra realidad.

El libro Desborde Subterráneo cobra vida por la recopilación de los testimonios, pero si hay un ausente es la música. Pero tal como comenté al inicio, fue la toma de partido de la autora. Pero a pesar de ello, sí creo que era necesario tener un acercamiento; recuérdese que este “Desborde” está acompañado de la música, como todo movimiento generacional que tiene al rock como su arma de combate, así que será necesario a futuro contar con una publicación que asuma esta tarea o que se amplíe esta. Ya que esta movida estuvo direccionada por su música, y atrás de toda esta “apología subte”, atrás de todo este purismo, está ella. Es así que el “Desborde” desaparece cuando los grupos se desintegran, es decir la ideología no marca el fin de esta historia.

El libro se acuerda de algunos, pero también olvida a otros, porque es difícil incluir a todos; además el presupuesto a veces no lo permite. Y claro también puede haber una segunda edición, que contemple una versión actualizada de la publicación. Pero por la importancia y el papel particular que jugaron algunos de ellos, era necesario destacarlos en esta “primera edición”. En este sentido extrañé a grupos como Eructo Maldonado, por ejemplo, dado que fue la primera banda en tener esa intención de llegar más lejos, en cuanto a su difusión y nivel de producción; y creo que fue la única que tuvo esa apertura. También extrañé a Argot, aunque no llegó a tener mucha presencia, tenía gran calidad musical y mucho porvenir, con un sonido bastante pop (algo que faltaba en la escena), y que tal vez hubiera marcado una diferencia, pero que no tuvo la vehemencia para seguir trabajando y lamentablemente no grabaron nada, pero era un buen punto para discutir, sobre todo por su singularidad. Y claro, varios “personajes” importantes, como: Daniel F. (Leusemia, Kaos y proyecto solista), Gonzalo Farfán (Autopsia y G3), Pelo Madueño (Narcosis y Eructo Maldonado), Támira Bassallo (Salón Dada y Col Corazón), los Lima 13, Raúl Montañez (Kola Rock, Leusemia, Escuela Crrada, Voz Propia y Ataque Frontal) por citar a algunos, pues son muchos los que participaron en varias bandas y estuvieron muy activos entre el 85 y 90.

Bueno amigos, creo que esta publicación no marca el fin del tema. Y como se dice, la crítica con altura enaltece un trabajo. En este sentido he tratado de hacerlo de la mejor manera; de hecho es mi visión. Espero que esta crítica no me aleje de algunos amigos, pues en Perú suele pasar que las opiniones crean enemigos eternos, pero he tratado de ver lo positivo y negativo del libro Desborde Subterráneo, no de la Exposición del MAC, ni del Movimiento Subte, y he pensado en las personas que solo tienen de referente este tipo de publicaciones.

También les digo que es mi apreciación y puedo equivocarme; en todo caso siempre digo lo que pienso, aunque eso me traiga problemas. Y si alguien me demuestra que estoy equivocado acepto mis errores. Creo ante todo, que era necesario dar a conocer mi reflexión, pues dará una lectura al tema y al libro desde otro ángulo. Para terminar sólo diré que la publicación es, por donde se vea, un aporte a la investigación de una época y de unos corazones, sin excluir a ninguno: músicos, publico, periodistas, poetas, etc. que se conectaron con el rock and roll, y lo usaron para desfogar su sentir y dar su opinión de una realidad casi surrealista, por medio de algo tan maravilloso: la música.


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Miguel Angel Vidal

Arquitecto y fundador y vocalista de la banda Voz Propia.

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