“Equis” (1985) es un cartel-collage creado en el contexto de los farragosos años ochentas en medio del país desmoronándose por la confrontación entre las fuerzas de seguridad del Estado –la “guerra sucia”– versus el “baño de sangre” de los alucinados maoístas (“La sangre no ahoga la revolución, sino la riega”, decían). El collage sobre papel, con frases o composiciones de texto e imagen, o imagen, permitía el traslado fácil de las obras para luego ser desplegadas en los Festivales Bestiarios o los conciertos subtes (1984-1986).
La madre llorando cargando a su hijo es imagen símbolo de las víctimas de la “guerra sucia” (desapariciones, violaciones, torturas de campesinos que terminan siendo asesinados y aparecen en fosas comunes), y, también, es símbolo del conflicto cultural. Ojo: no olvidar el telón de fondo de la secular penuria de la explotación, opresión y desprecio cultural.
En Equis eres el objetivo en la mira, la víctima del fuego cruzado. También eres objeto de la mirada, del ojo de quienes te están cazando porque te quieren asimilar, quieren homogeneizarte. Quieren que seas “cliente” de sus productos. Los sectores populares urbanos, en su amplia mayoría migrantes andinos o nativos amazónicos a la ciudad estuvieron, y están, sujetos al bombardeo de la publicidad de consumo, basado en el estilo de vida “moderno y desarrollado”, su identidad cultural es estigmatizada como el atraso.
Este cartel, como una serie de obras creadas sobre papel con frases o composiciones de texto e imagen, buscó interpelar al “estimado público” a través del grito visual y patada en el ojo. Su contenido crítico era la respuesta visual al país desmoronándose; era el equivalente a la actitud y estado de ánimo subte: angustia, desesperación, asco moral. Su visceralidad era muy cercana a los contenidos de las letras de canciones subtes.
El collage a partir de fotos de registro documental me permitió contraponer-contrastar imágenes sacadas de su contexto cotidiano, para evidencia la crueldad y el horror de la indiferencia social naturalizada: los escaparates llenos de productos de consumo inalcanzables para la inmensa mayoría de peruanos en la miseria.
Estimados “nueva generación”, ahora se asume como natural el hecho de que exista esta práctica artística pero la cultura oficial sigue siendo cerrada, autoritaria, ajena a la vida cotidiana. En su momento esta opción artística (de arte-política) fue etiquetada como “arte panfletario” para ser subordinada y ninguneada –para ser deslegitimada como arte–, ahora “Equis”, un cartel crítico e insumiso, está en exposición de fotografía latinoamericana. Sigue siendo un reto ver con los ojos abiertos, no negarse a mirar como prevalece la búsqueda del éxito personal: “No nos importa caminar sobre cadáveres si de triunfar se trata”, (frase ochentera).
“Equis” se exhibe en la exposición colectiva “Urbes mutantes: fotografía de América Latina 1944-2013“, co-curada por Alexis Fabry y María Wills en el Centro Internacional de Fotografía de Nueva York del 16 de mayo al 7 de setiembre del 2014.
Suscríbete y recibirás por email cada artículo que publiquemos. Además, participarás en el sorteo permanente de discos, polos y entradas gratuitas a conciertos.
Tu privacidad está garantizada. No alquilaremos ni venderemos tu email a terceros.
Guauuu!!! Muchos de esos trabajos están inmortalizados en el documental de Julio Cesar Montero, El Grito Subterráneo. Yo ví muchos de ellos…
tiene mucha historia q contar al gente en esos tiempos yo vivia x el cercado lima mucha bomba pàrte d las waskas hahahahahha pero el hombre tiene historia ah saludos
Con las huellas del tiempo, afanoso he conservado carteles, collages, matrices de fotocopias, fotocopias… es la estética del país desmoronándose, iré subiendo artículos para contextualizar este arte ochentero.
Con las huellas del tiempo, afanoso he conservado carteles, collages, matrices de fotocopias, fotocopias… es la estética del país desmoronándose, iré subiendo artículos para contextualizar este arte ochentero.