“Días Negros” de Cuchillazo, por Hansel Vargas Córdova
Photo Credit To Bandcamp Cuchillazo

“Días Negros” de Cuchillazo, por Hansel Vargas Córdova

Seguimos con las reseñas de los subte rockeros con los discos que han marcado su vida, y hoy es turno de por Hansel Vargas Córdova con Días Negros de la banda peruana Cuchillazo, fundada en Lima en 2002 por Nicolás Duarte (guitarra y voz), Capi Baigorria (batería y voz) y Rafael Otero (bajo).

Este trío de rock se caracteriza por no comulgar con un estilo o sub género del rock en especial (le entran a todo), por realizar presentaciones muy enérgicas, por llamar a sus seguidores como “Bestias” y haber producido, grabado y mezclado ellos mismos sus hasta ahora siete discos (autogestión al mango).

Días Negros. Cuchillazo
Portada de “Días Negros”, segundo álbum de la banda Cuchillazo, editado en 2004.

En el 2004, Rafael Otero regresó de Londres luego de estudiar ingeniería de sonido y produjo íntegramente el segundo disco de la banda, Días Negros, que incluyó temas como “Máquina”, “Tapla” y “Granjero Infame”, temas difundidos a nivel nacional al año siguiente por la serie de televisión Misterio, que popularizó a Cuchillazo en todo el país.

Con un sonido más agresivo que el disco anterior, veamos que fue lo que le atrajo a Hansel Vargas Córdova y cómo se convirtió en el álbum de su vida:

Riffs de guitarra poco difíciles pero pegajosos y medio pesados, una batería explosiva que ejecuta bien una buena combinación de velocidad y fuerza, y un bajo potente y presente que acompaña a unos solos de guitarra precisos. Todo esto, sumado a las letras que hablaban de un personaje aquejado por un presente accidentado, son los elementos del segundo disco de estudio de Cuchillazo, Días Negros, un disco que marcó una época de mi vida.

¿Por qué?

Era el jueves 12 de diciembre del 2013. Era la penúltima semana de mi primer ciclo en la universidad, el cual había sido desastroso, social y académicamente hablando. Era un jueves. No había clases de 12 a 3. Había una guerra de bandas en la Facultad de Ciencias. Buenas bandas, una que otra daba pena, una nos hizo poguear bastante, ellos ganaron. Fin de la Guerra, comienza el acto principal. Banda invitada: Cuchillazo.

Una cosa es poguear porque te gusta, y otra más bacán es poguear porque quieres botar toda la carga emocional acumulada a lo largo de un ciclo de mierda. A eso agrégale que la banda tiene maestría en la ejecución y despliegue en el escenario y tienes una experiencia de catarsis. En el pogo con música de Cuchillazo no había lecturas, evaluaciones, problemas de relaciones, depresión, necesidad de hablar, nada; solo era yo vacilándome siendo yo mismo.

Cuchillazo es una banda peruana que se está haciendo progresivamente conocida en el país. Normalmente, un fan de esa banda te describiría su sonido como algo bien pesado, un sonido, denominado por ellos, bestial que bebe de las influencias Nu, Grunge y Hardcore como Rage Against The Machine, Metallica, Nirvana (su lado más punk).

Lo interesante es que el sonido de la banda se ha ido endureciendo (¿o madurando?) con los años: su primer disco homónimo no tiene tantas influencias de Hard Rock, sino que más bien presenta un sonido melódico, tirando un poco más para el indie y el rock clásico. Ahora, si al mismo fan le preguntas que describa un concierto de la banda, seguramente te responderá “Una buena sacada de mierda…”.

La transición de Cuchillazo como una banda de acordes y ritmos pesados comienza con Días Negros. Este disco es uno que ya desde la portada te advierte que vamos a tener un viaje algo duro: la silueta de un cuervo parado sobre una cruz, con un fondo de rojo sangre. Las letras presentan distintos temas o situaciones que la voz refleja, pero en general se puede entender que hay un aquejamiento o lamento de situaciones presentes. Un periodo de tiempo realmente jodido. Aunque hay mención aparte al tema “Granjero Infame”, cuya letra contra G.W. Bush comentaría como un comentario político. Las letras no son optimistas, la verdad que no, pero lo interesante es que hay un juego bien interesante de figuras y juego de palabras que me hace pensar en la influencia de la poesía en el responsable de las letras.

Por otra parte, no podemos hablar de este disco sin hablar de la mítica serie Misterio. Cuchillazo fue el grupo más presente en el soundrack de la entrañable y violenta historia del líder de la Trinchera Norte. La combinación de sus canciones “Máquina”, “Granjero Infame”, “Placa”, “Perro”, “Tapla” y “Escribir todo de nuevo” (Este sí de su anterior disco, Cuchillazo) con el montaje de imágenes de la serie marcó a una generación de televidentes que pudimos disfrutar un tipo de televisión que no volverá, retratando con un realismo cotidiano temas como violencia o las drogas.

Hoy en día, me es muy difícil imaginarme las escenas de peleas con otra canción que no sea “Granjero Infame” de fondo, las escenas del ingenuo y feo, pero recontra buena gente Caradura con “Tapla”, y “Máquina” como tema principal y reservado a los eventos más épicos de la narrativa, como el nacimiento de la Trinchera Norte.

Días Negros. Cuchillazo 2020
Cuchillazo 2020: Nicolás Duarte (guitarra y voz), Rafael Otero (bajo) y Capi Baigorria (batería y voz). Fotografía: Facebook Cuchillazo.

Volviendo al disco, hay temas soslayables, es verdad, pero en todos los temas del disco se puede notar que hay un trabajo musical bastante creativo y trabajado. La música estaba siempre al tono de la onda emocional que te pintaban las letras. Se nota que hubo punche detrás de la producción y que había gente apasionada la música que estaba trabajando, logrando así un disco que sigue vigente 16 años después.


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Comunicador Social dedicado a Internet y las Redes Sociales. Fundador y Administrador de Subte Rock. Creador del weblog Expediente Cine. Colaborador en webzines de rock y cine. Fan acérrimo de Batman y de la música post punk.

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